Dar el paso

Liderazgo supone pasar a la acción, dar un paso al frente por propia convicción y coherencia de que algo hay que cambiar. Algunos piensan que se “nace”. Otros que se “hace”. Esta discusión es para los llamados “Gestores de Personas”, pero no para el liderazgo.

Tu puedes dirigir personas, pero no liderarlas. Puedes liderar personas pero no dirigirlas. A lo mejor ni las conoces. En el liderazgo siempre hay seguidores, pero es posible que nunca entres en contacto personal con ellos.

Liderazgo no es hacer el trabajo de forma perfecta, ni tener experiencia, ni mantener una posición en la jerarquía de una organización, ni tener poder, respeto o credibilidad. Muchas personas ocupan posiciones de autoridad pero nunca han liderado equipos u organizaciones.

Como bien dice Seth Godin en su libro “Tribus”, “los herejes son los nuevos líderes. Son quienes desafían el statu quo, quienes se ponen a la cabeza de sus tribus, quienes crean movimientos”. A los herejes antes se les quemaba. Hoy en día, ¡¡se les invita a Davos!!

¿Pero por qué no surgen líderes? A base de trabajar con equipos y utilizar herramientas como los Roles de Belbin, me he dado cuenta de que tal vez en la sociedad y en las empresas falten “coordinadores” e “impulsores” para canalizar las demandas del entorno que les rodea.

Pero ahí entramos en el conflicto del “coste” de ser líder, de ser un impulsor y dar un paso al frente. Sin embargo, las cosas están empeorando (aunque podríamos aplicar el dicho “¿Buena Suerte? ¿Mala Suerte? ¿Quién sabe?”) y esta subida de la “temperatura” producida por la crisis es lo que tal vez se necesita para que el entorno acepte y hasta pida cambios. De otra manera es imposible.

Y ante esta situación podemos vivir en la queja, en la aceptación o en la acción. Y lo divertido de la acción, no es el destino, es el camino. No es el resultado del partido, sino jugarlo. Los que se quedan en la grada, se habrán perdido las emociones y el enriquecimiento de “jugar”.

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